Will you marry me? || Jean

por Invitado Vie Abr 08, 2016 4:04 am

Will you marrie me?

Departamento · 25 de marzo · 10:30 pm

¿Hacerlo o no hacerlo? ¿Pedírselo o no? Esa era la cuestión. Eran ya varias semanas en las que Vincent había estado indeciso sobre si por fin proponerle matrimonio a Jean; y vaya, que la relación entre estos ya era prácticamente de casados, pues llevan más de un año viviendo juntos, pero de igual manera este era un paso muy importante, uno que había que meditarlo muy bien antes de darlo. Y es que vaya, esa sensación de vacío en el estómago y con manos sudorosas era algo nuevo para el castaño, pues si bien sabía cómo se sentían los nervios, al ser una persona altamente segura de si misma y confiada, los sentía cada nunca.
El dichoso golpe de confianza se lo proporcionó su madre, una vez que Vincent se acercó a ella para contarle lo indeciso de que estaba, llegando al grado en el que ella se quitó su propio anillo de compromiso, entregándoselo a Vincent para que con él le pidiera la mano a Jean, agregando palabras de confianza y motivación como "Eres todo para ella" o "Si no te apresuras alguien te puede ganar y otra como ella no hallarás jamás". A leguas se podía notar el gran cariño que sentía por su nuera, al sentirla ya como su hija.

Aquella plática con su madre cumplió con su deber, generando que Vincent organizara toda una cena romántica improvisada para pedir la mano de su novia. Texteó a Jean la invitación, diciéndole a qué hora se pasara una vez que terminara con sus deberes como gerente de restaurant. La mesa se encontraba ya servida, agregando ligeramente un poco más de pétalos de rosas rojas para dar ese toque íntimo.

Jean por fin se encontraba en casa, alegre con esa sonrisa hermosa de esquina a esquina que la caracterizaba y que tanto cautivaba al mayor de los Blacks. Este corrió hacía ella, la abrazó, la cargó y la besó como si no la hubiese visto en menos, con unas ganas terribles de sentir que era y sería siempre suya. -Sorpresa mi amor, espero te guste- Agregó guiándola de la mano hasta su silla.

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por Invitado Sáb Abr 09, 2016 1:54 am

Will you marrie me?

Departamento · 25 de marzo · 10:30 pm

El trabajo había estado algo pesado hoy, las quejas de los comensales solían llegar muy a lo largo, pero al parecer hoy era el día de mala suerte para eso, así que tarde un poco más de lo debido o pensaba hacerlo hasta que llego el mensaje de mi novio, era algo raro que él estuviera tan temprano y más que mensajeara para decirle a qué hora fuera, así que me dispuse a salir a casa justo poco antes de esa hora, amaba llegar al departamento y ver a mi Vincent d nuevo, no me cansaba de estar junto a él cada día, era el novio perfecto, todos pensaban que éramos más que eso pero aun no, vivir juntos era un gran paso que habíamos dado y la mejor de las decisiones.

Baje del coche con una sonrisa en mis labios de solo pensar que podría esperarme adentro, pero lo que más me importaba era quien me estaba esperando ahí, abrí la puerta del departamento y cuando menos pensé ya estaba en los brazos de él, y con sus labios sobre los míos, acomode mis manos y seguí aquel beso, aquellas miles de sensaciones de alegría cuando estaba con el no cambiaban nunca, -Hola mi amor-Sonreí viéndolo a los ojos aun en sus brazos, hasta que escuche sus palabras y baje, observando lo que había organizado, -Oh por dios, pero que es esto…… te quedo hermoso-Mis manos en mi rostro, y una gran sonrisa debajo de ellas, observando aquella mesa, nos acercamos a ella y no podía dejar de ver hacia mi novio, -Me encanta! Me encanta mucho- Bese sus labios antes de sentarnos, -Se ve riquísimo amor, y estoy segura que lo está-Sonreí viéndolo a los ojos, que estaba segura que reflejaban todo aquel amor que sentía por él, sin duda era el chico perfecto para cualquiera, y yo tenia la dicha de tenerlo conmigo.

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por Invitado Dom Abr 17, 2016 6:31 am

Will you merry me?

Departamento • 25 - 03 - 16 • 22:40

El castaño sonrió con gran alegría al notar la gran felicidad que su novia tenía, sacando un poco su silla para que se sentara y posteriormente tomar asiento también. -Me complace que esto te guste cariño, aunque te advierto que ni de lejos sabrá tan bien como lo que la chef profesional de este hogar sabe hacer- Sin más palabras por agregar, tan sólo observó de lleno a los ojos de su novia, yendo por un par de copas a la mesa de la cocina, las cuales ya estaban a medio llenar de vino tinto, pero una resaltaba un poco más que la otra; en esa copa algo de hasta mero al fondo lograba verse si se prestaba la suficiente atención, pues el color fuerte del vino lo camuflajeaba bien. Se trataba de aquel anillo de compromiso que su madre le había entregado por la tarde para motivar a su hijo a dar ese tan ansiado paso que solía detenerlo constantemente. Tomó ambas copas a la misma altura, prestando con atención cuál copa era cuál y no cometer un error garrafal de aquellos, esta noche tenía que marchar perfecta de pies a cabeza, por lo que no era de extrañar que el castaño estuviese siendo en extremo delicado con cada detalle, incluso el más mínimo e insignificante.

Se sentó una vez más en su silla, entregando la copa correcta a su novia, sin deshacer aquella mirada de enamorado que en ningún momento le quitaba de encima a su novia –Por nosotros, mi amor… ¡Salud!- Elevó sutilmente su copa, haciendo un énfasis en la última palabra, chocando la copa suavemente contra la de su novia para posteriormente bajarla sin dar un solo trago –Cariño, espera…[- Detonó de su boca una falsa alarma de preocupación justo momentos antes de que la rubia le pegase un trago a la copa de vino –Espera, no lo bebas, creo que hay algo en el fondo de tu copa- Los nervios comenzaban a recorrer el cuerpo del castaño de pies a cabeza, sintiendo pequeñas descargas de emoción que hacían erizar la piel y sentir aquellas famosas “mariposas en el estómogo”, esta sensación de nervios, o al menos a este grado, jamás la había sufrido, sin embargo a esta altura estaba más que decidido a proponérselo a su novia, con lo cual no tuvo más remedio que armarse de valor, tomando un cuchillo que yacía en la mesa, introduciéndola en la copa y sacando el anillo que yacía en el fondo de la copa.
Sin decir ni una palabra, limpió el anillo con una de las servilletas, arrodillándose en una pierna delante de la rubia, a la altura de su pecho, mirándola fijamente y sin comentar nada al respecto, dejando que su sonrisa nerviosa hablase por él, tomó su mano derecha y dirigió aquellas tan famosas palabras… -Mi amor, hemos estado juntos por un año, el cual, sobra decir que ha sido el mejor año de mi vida. Llegaste a mi vida siendo tan sólo una persona más, al poco tiempo te convertiste en alguien especial, a los seis meses ya te amaba, y hoy, a un año, ya ni siquiera me puedo imaginar una vida en la que tú no formes parte de ella; quiero tenerme conmigo para siempre y poner el mayor esfuerzo posible para hacerte sentir la mujer más amada día tras día. Jeanette Anne Kleinman, te casarías conmigo?- La voz del castaño comenzaba a entre cortarse, consecuencia de aquellos nervios mezclado con una gran emoción, disimulados tan sólo con aquellas sinceras palabras, en espera de la respuesta de la rubia, nanosegundos los cuales, fueron los más difíciles en su vida.

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por Invitado Vie Abr 29, 2016 1:47 am

Will you merry me?

Departamento • 25 - 03 - 16 • 22:40

No podía dejar de sonreír con lo que mis ojos veían justo en estos momentos, sin duda era el mejor recibimiento que me habían dado jamás en la vida, todo tan perfecto, pero lo mejor era esa persona que lo había hecho y estaba justo frente a mi observándome, lo observe un momento más y me senté en el lugar que me dejaba, observando como él se sentaba a mi lado, -La chef de este hogar está segura que será la mejor cena que probara en su vida, más que nada porque la hiciste tú. Pero de igual forma la calificara al final-Agregue con un guiño, viendo solamente como se alejaba y volvía con copas de vino para ambos, tome la que me ofrecía sin dejar de mirarlo a los ojos con esa gran sonrisa que no podía quitar de mi rostro, percibiendo aquella hermosa mirada de parte de él que tanto adoraba, eleve la copa repitiendo aquellas palabras y la choque con la de él, pero cuando mis labios estaban sobre ella para beber un trago escuche la alarma en su voz, deteniéndome de inmediato y mirándolo asustada, -¿Qué paso?-dije alarmada alejando la copa de mi boca, y después mirándolo confundida cuando escuche sus palabras, puse la copa cerca de él, observando lo que hacía, no entendía que podría haber caído ahí como para que estuviera tan alarmado, cuando observo lo que relucía en la punta del cuchillo pase mis ojos del cuchillo hacia él, mi corazón comenzó a latir más rápido, no podía creerlo, sabía muy bien lo que esto significaba, mi respiración comenzó a ser más pesada de la emoción, sin dejar de observarlo cada segundo que pasaba, estaba más que nerviosa, era como si todo mi interior se revoloteara; Observe como se hincaba frente a mí y pronunciaba aquellas palabras, mis ojos clavados en los suyos y amenazando por sacar aquellas lágrimas de felicidad, la emoción era infinita, escucharlo decir todo aquello me hacía sentir tan feliz que hasta quería llorar, no pude evitar notar su nerviosismo, lo cual lo hacía aún más tierno de lo que la acción ya era, ahora era el momento de responder.

Respire profundamente varias veces, intentando detener aquellas lagrimas que luchaban por desbordarse, y calmar la emoción que sentía, y así poder hablar, ese hombre tan perfecto, el chico que más amaba en la vida estaba ahí frente a mí, proponiéndome pasar toda la vida con él, sin duda este día se acababa de convertir en el mejor de toda mi vida, me era imposible calmarme, estaba tan emocionada que después de varios segundos viéndolo a los ojos y respirando intentando no llorar, lance mis brazos alrededor de su cuello soltando unas pocas de aquellas lágrimas, separándome un poco y quedando hincada frente a él, cara a cara, -Por supuesto que sí, sí, si acepto, claro que acepto-Solté con una gran emoción en mi voz, sin dejar de mirarlo a los ojos, suspire y comencé a hablar, -Eres el único hombre con el que quisiera pasar el resto de mi vida, todos estos días que he estado contigo a mi lado han sido los mejores, y quiero seguir teniéndolos por siempre, Vincent Marcus Black, eres el amor de mi vida, te amo más de lo que jamás podre amar a nadie, quiero estar contigo siempre.-Pronuncie aquellas palabras sinceras sin dejar de observarlo, y de sonreír, para después acercar mis labios a los suyos y besarlos con dulzura, demostrándole con ese beso todo lo que había dicho en palabras.

Si tuviera que describir lo que es la felicidad, sin duda alguna describiría todo lo que sentía justo en estos momentos, amaba a este hombre más de lo que podría imaginarlo, y ahora acababa de aceptar estar con él para siempre, algo que desde aquel momento en que lo conocí supe que pasaría, porque después del jamás podría volver a amar a nadie, el será por siempre el único hombre que quiero en mi vida.

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