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Mensaje por Fleure S. Cartier Dom Mar 20, 2016 4:52 am

Insomnia.



Miércoles • 9:15 PM. • Manhattan.

Las señales o el intenso tráfico que saltaba a relucir en la ciudad no era motivo suficiente para que Fleure, en un afán desesperado por llegar más pronto de lo que había predicho en su llamada, terminara pisando el acelerador de su automóvil de reciente modelo. Minutos atrás parecía que el día realmente había comenzando con el pie derecho, obligándole casi a mantener su despampanante humor por los cielos; incluso sus clases habían terminado más pronto de lo que esperaba, aceptando así una invitación a tomar un café con Garrett Crishmond, su compañero de banca en la clase de Anatomía. Pero claro que nada al final de día salía como esperaba, y tuvo que dejar al ojiazul con medio café y la cuenta inconclusa. 

El mensaje había llegado a su bandeja poco antes de las ocho de la noche, el remitente era alguien que la castaña conocía perfectamente y aunque no lo conociera, la francesa nunca se negaría a un peligroso "Necesito tu ayuda, es urgente." La piel se le erizó, provocando así una intensa movilización en la cual no obtuvo más respuesta que un buzón de voz. Con aquella mujer no se sabía, así que si no había más información supuso que tendría que ir a su departamento, para lo cual pisó más a fondo el acelerador directo a una de las zonas residenciales de Manhattan. Solo esperaba que no estuviera el mequetrefe de su pareja, no quería envolverse en una discusión o despertando a su instinto asesino que claramente, no dudaría en usar. Total, tenía un bisturí en su maletín y para su suerte no estaba desinfectado totalmente. 

Minutos después de que tuviese que pisar el freno siguiendo las normas de la zona, estacionó en la entrada principal, bajándose del auto y guardando su móvil en el bolsillo trasero de sus vaqueros para que no le obstruyera las manos. Tocó el timbre, dos veces esperando cinco segundos antes de volver a repetir su primer paso. Aquel era un juego que había establecido con su grupo, en el cual si no querías abrirle a uno de esos hermanos religiosos o vendedores ambulantes solo bastaba con tocar el timbre en ese orden y ya estarían enterados de que se trataba de ella. Jodidos si no le abrían estando en casa. —Dime que es tan urgente que dejé un café com crema batida a medio morir y sería una lastima que no regresara por él. — Señaló cuando la puerta se abrió y detrás de ella vislumbró a la rubia. Pero su semblante terminó de dar el giro que Fleure tanto evitaría ese día. —¿Qué mierda está pasando? ¿Todo bien? Te veo muy palida. — Pero claro que nada estaba bien. No imaginaba lo que se le venía encima.  
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Mensaje por Invitado Lun Mar 21, 2016 11:54 pm

Insomnia.



Miércoles • 9:15 PM. • Manhattan.

¿Cómo proseguir cuando tu mente es un completo caos y todo se puso de cabeza? ¿En qué momento cambió todo y el día se volvió oscuro? Sentía que volvía en el tiempo a aquellas épocas que realmente no quería recordar. Estaba segura de haber dejado atrás aquellos excesos y descontrol que no me permitía dilucidar lo que hacía pero que aun así traía consecuencias nefastas para mí y mi alrededor. ¿En qué momento caí tan bajo? En aquella época no tenía plena conciencia de lo que hacía, necesitaba la adrenalina, sentir que a pesar de todo seguía vivía, que a mi alrededor el mundo seguía girando aun cuando mi abuelo, el ser más especial que había conocido, ya no estuviera entre nosotros para marcar mi camino. Creía que aquello nunca regresaría a mí, pero claramente estaba equivocada.

Fue lo primero que se me ocurrió al ver la sangre. Fleure era una de mis mejores amigas, una del circulo aquel que compartíamos muchas cosas. Dude por un instante, ¿sería este un buen momento para llamarla? Pero si no era a ella, ¿a quién? No es que contara con tantas personas a mi alrededor y es que creía que Ana caería en un estado de shock peor que el mío en cualquier momento. Cada tanto la veía inclinarse y hablar sola, ¿o era mi imaginación? Pues no estaba segura pero en ese momento no podía afirmar absolutamente nada. No la llame, le envié un mensaje, si estaba demasiado ocupada no respondería y ya veríamos como arreglarnos solas. Pero si respondía… esperaba que pudiera ayudarnos. Luego de oprimir “send” me fui a la cocina, necesitaba un café, un whisky, un coñac, algo, cualquier cosa serviría para bajar los decibeles que estaban por las nubes. Le consulte a mi amiga, pero no la vi en el mismo lugar donde la había dejado la última vez por lo que simplemente fui a prepararme un café cargado para mí, dejando el móvil sobre la mesa de la sala.

No se cuánto tiempo paso, estaba demasiado nerviosa. Sobre la mesa de la cocina reposaba un cenicero, varias colillas de los últimos quince minutos y una en mano determinaban la ansiedad que cargaba. Esperaba que Darius se demorara un poco más en llegar, al menos hasta que encontráramos una solución rápido al asunto. La puerta sonó varias veces asustándome de manera tal que derrame parte del contenido de la taza en el suelo –joder- maldije mientras me dirigía a la puerta –Nirvana, es Fleure, ven creo que podremos resolverlo- le dije sin levantar la voz, ya era tarde y no quería que algún vecino escuchara. Abrí sigilosamente, con el cigarrillo en la boca y mi expresión de pocos amigos, ¿o era de completo susto? –qué bueno que estas aquí, te necesitamos más que nunca. Pasa, Ana y yo hicimos algo… Te juro que fue un accidente, no queríamos llegar a esto-tire de ella para que entrara al departamento, cerrando la puerta detrás nuestro. Gire el rostro para ver a mi compañera de aventuras y desventuras con mis ojos enrojecidos por el llanto previo – Fleure, por favor, tienes que ayudarnos y ser lo más discreta posible. Esto es grave de verdad, es serio y no tenía a quien más llamar. Siento que te metamos en esto pero…- hablé tan rápido que no estaba segura de que pudiera entenderme. -matamos a un tipo... Bueno no, al menos aun no estaba muerto hasta hace media hora. Es urgente Me quede en silencio, esperando que Nir siguiera con el relato, mis manos temblaban tanto como mi voz. Le di una nueva calada al cigarrillo, el cual terminó por consumirse, ya había perdido la cuenta de cuanto llevaba fumando esa noche. Las manchas de sangre en mi ropa y en las de la rubia demostraban que había sido algo brusco, mas de lo que se podría creer de nosotras.
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Última edición por Emanuela S. Kindelan el Sáb Mar 26, 2016 11:09 am, editado 1 vez
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Mensaje por Invitado Miér Mar 23, 2016 11:08 am

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Miércoles • 9:15 PM. • Manhattan.

Nunca comprendía porque las personas decían que veían su vida pasar en un flash, hasta este momento. A decir verdad, ella no tenía muchos recuerdos que hayan formado parte de su vida, eran destellos de luces que iban y venían pero de tenerlos, una sensación abrumadora la descontrolaría. Lo único en lo que podía pensar en ese momento, es que la realidad a la que se estaba enfrentando se parecía a una escena de una película de Brian DePalma. Creyó que el espíritu de Carrie la invadió, ya que las salpicaduras rojas en sus Converse blancos la delataban.

La vista se le nubló por las lágrimas que lentamente se acumulaban en sus iris azules mientras que un nudo en la garganta le impedía pronunciar palabra. En su mente hacía las conjugaciones verbales que su habla no le permitía articular pero cuando tomó la fuerza para hacerlo, podía sentir sus uñas clavarse en las palmas de sus manos, de lo fuerte que apretó sus puños mientras maldecía en voz baja. Era la única manera en la que podía deshacerse de ese nudo sin perder la cabeza en el intento. Sólo que ahora no sabía qué hacer, tal vez Emanuela tenía una respuesta a esa pregunta. Cuando la buscó con la mirada ya no estaba pero el olor a café que provenía de la cocina la delataba, ella no podría beber eso en este momento. La cafeína la ponía en un estado depresivo y de eso estaba huyendo. Con pasos lentos y cortos se alejó de la sala, caminando hacia el baño. La imagen que reflejaba el espejo era una que nunca antes había visto; se veía confundida, tenía los ojos hinchados y pequeñas manchas rojas que ya se habían secado sobre su piel blanquecina. ¿Cuánto tiempo estaría esa imagen rondando en su cabeza? Esa era una pregunta que no se podía responder enseguida.

Escuchar la puerta sonar, fue la señal que tomó Nirvana para salir del baño y volverse asomar a la sala. Notó el charco de café en el suelo pero no le dio tanta importancia, minucias como esas no eran de relevancia en momentos como estos. Miró a su amiga y la siguió hasta la puerta, encontrándose con una Fleure que no comprendía nada pero estaba a punto de hacerlo. —Tú eres la única que podrá ayudarnos a deshacernos de esto, porque sabemos que te dedicas a ello...— La rubia finalmente habló pero lo hacía con voz temblorosa. Había superado su estado de shock pero aún no asimilaba el asunto, no lograba digerir lo que había hecho con sus propias manos. —Te juro que no quise hacerlo pero es que no tenía otra opción, estaba tan cerca que reaccioné por instinto.— Sintiéndose avergonzada de sus actos, bajó la cabeza mientras se frotaba las manos con fuerza, casi lastimándose la piel con el propósito de quitarse esas manchas que no quería ver. Se sentía sucia y quería deshacerse de todo lo que la cubría. —Estamos desesperadas.— Puntualizó mirando nuevamente a su amiga con la esperanza de que ella tuviese la solución al problema que estaban teniendo.
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Mensaje por Fleure S. Cartier Sáb Mar 26, 2016 7:57 pm

Insomnia.



Miércoles • 9:35 PM. • Manhattan.

—¿Qué hicieron que?— La francesa se quedó sin palabras. El silencio inundó el ambiente, tomándose su tiempo para observar a las rubias, ambas con una expresión indescifrable. Tu sabes de eso... La simple oración remarcaba en su cabeza que ella estaba ligada a esos asuntos en los cuales el descontrol se apoderaba de sus sentidos. Lo comprendía, pero aun así recordar esos tiempos terminaban haciendo que se molestara aunque sus intenciones tal vez no estuviesen ni cerca de lo que ella imaginaba. Las miró con recelo, evaluando la situación. Eran sus amigas, no podía dejarlas en ese momento cuando necesitaban su ayuda y menos cuando un ser humano estaba peligrando por su vida. —¿En dónde esta?— Cuestionó con voz firme. Haría lo que estuviese en sus manos, no era una doctora titulada y sus conocimientos eran casi nulos, pero haría lo que pudiese para revisar al hombre y salir lo mejor librada de ello.

Masajeo sus sienes. Si tomaba en cuenta el comentario de Manu, tendrían poco tiempo para intentar salvarle la vida. Levanto su cabeza y tomo su cabello para enredarlo en una coleta. —Iré a sacar mis instrumentos, mierda...— Farfulló antes de lanzarse a un costado al ver el charco de sangre de sangre que se extendía por la alfombra que parecía ser costosa.  — Mas vale que se deshagan de eso y de su ropa. Si esto termina mal será lo primero que encuentren. — Ordenó antes de dar media vuelta y salir del departamento lo más rápido que podía con dirección a su auto. Era un ser humano, nada más de cadáveres o atenciones menores. 

La vida de Fleure estaba constantemente en una montaña rusa, en la cual pocas veces estaba tan arriba como aquel día y en la noche estaba a punto de quebrarse la cabeza con un caso en el cual poco tenía que ver. Arriba... abajo... nula protección. Suspiró. La ultima vez que tuvo algo lejos del hospital habían terminado las cosas demasiado mal, que se había arrepentido tanto los próximos días a ello. Se permitió bloquear el sentimiento que la embargó en el proceso, volviendo a prometerse que ellos no escaparían de su prisión. Pero en ese día parecía que volverían y no estaba de segura de ser tan fuerte como para ignorarlos. Tomando su maletin y su bata de la cajuela del automóvil, volvió a subir por el elevador para llegar al piso de las chicas. No estaba segura, pero lo haría. Por ellas, por todos... por si misma. 
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Mensaje por Invitado Lun Abr 04, 2016 3:17 am

Insomnia.



Miércoles • 9:35 PM. • Manhattan.


Baje la vista en el instante que ella preguntaba. Me inundaba la vergüenza y la desesperación, ademas de que ya tenía a mi mente trabajando en la culpa desde hacia un largo rato. ¿Porque parecía tan sencillo regresar a esos momentos que uno por nada del mundo quería recordar? O volver a vivir... Creía que era una etapa cerrada de mi vida y al parecer me perseguía como la primera vez. -Se que suena muy mal y cuando lo veas será peor aun...- suspire -pero estábamos defendiendo los derechos que por ley nos corresponden a todos los ciudadanos de este país y del mundo- me había dejado convencer por Nir pero de verdad que apoyaba la causa, ahora todos merecíamos igualdad y no dejaríamos que se jugara con la vida de los demás. Irónico cuando parecía que era exactamente lo que habíamos hecho. Respire profundo caminando por la sala, debía de acomodar un poco antes de que la bola se hiciera realmente grande -Esta en mi coche, en el estacionamiento. Esta vivo, eso es seguro, pero débil- limpiaba el café del piso para borrar cualquier evidencia.

Al verla actuar me quite los zapatos que llevaba hasta ese momento para reemplazarlos por unas zapatillas, si debíamos correr o lo que fuera, tenia que estar en mejor posición que el resto. Abrí los ojos como plato al ver la mancha de sangre, no la había registrado hasta el momento y así como la futura doctora decía, debíamos de limpiar cualquier evidencia. Nirvana estaba quizás mas nerviosa que yo, podía entenderla, al menos yo ya había vivido una situación similar aunque con diferentes motivos y desenlaces. -Vamos Ana, mientras Flo va por sus cosas nosotras debemos limpiar y deshacernos de esto- señalo su ropa -yo te presto nueva para que uses esta noche- seguramente tendríamos tallas parecidas.  


Tenía que ser muy cuidadosa si no quería que Darius supiera lo que estaba sucediendo. Si, mentir u ocultar información como esta era malo, hacerlo a tu novio es aun peor, ¿pero que podía hacer? todo sucedió muy rápido y  mientras menos involucrados haya, mejor. Además el estaba ocupado y ansioso con lo de su abuelo y la compañía, no quería darle otro dolor de cabeza o preocupaciones que no le correspondían. Ya habría tiempo de aclararlo cuando estuviera mas tranquilo. Solo esperaba que no se enterara por eso refregaba el piso con ímpetu. -Ana, aquí hay un balde, quememos la ropa- ya que iríamos con el moribundo pensaba frenar en alguna carretera y dejar que se queme solo o dejarlo en la casa, pero era mas peligroso aun. Dios, ¿Porque nos toca esto justo ahora?
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Mensaje por Invitado Miér Abr 06, 2016 1:06 am

Insomnia.



Miércoles • 9:35 PM. • Manhattan.

Nirvana ya no sabía que más sentir. Ya todo lo había sacado de su sistema y ya no sabía que más hacer. Por un momento pensó en salir corriendo y dejar todo atrás como si nada hubiese ocurrido pero no podía hacerlo. Ella tuvo que ver en esto más que nadie, ella fue quien se bañó las manos de sangre y no podía dejar a Manu enfrentándose a esto sola. ―Estaba atacándonos, diciendo cosas denigrantes y no podía permitirlo. Simplemente no podía.― Se mostró exasperada y claramente podía notarse la desesperación en su voz, habló tan rápido que creyó que ninguna de las dos entendió lo que dijo. En su momento lo creyó justo y necesario pero ahora no sabía si fue la mejor manera de resolver las cosas. ―Cloro, necesitamos cloro.―Dijo al aire sin dirigirse a nadie en particular y se volteó, mirando a su mejor amiga limpiando con frenesí la mancha de café que había en el suelo. Ella tenía que hacer lo mismo con el alfombrado del coche para quitar las manchas de sangre que las delataban.

Sin saber qué hacer cuando vio a Fleure salir, bajó su mirada de nuevo y se volvió a encontrar con la mancha de sangre en sus Converse. Se agachó y con la manga a cuadros de su camisa, talló con fuerza quitándola. Se acercó a su amiga con su camisa en mano y la puso sobre la mancha de sangre, refregándola con fuerza. ―Tú busca la ropa y yo limpio esto antes de que se seque.― Dijo sin dejar de frotar mientras el penetrante olor de la mezcla de cloro y agua se metía por su nariz, haciéndola toser. ¿Qué pensarían sus padres de ella si la viesen limpiando el desorden que se armó en el suelo?

Si tan solo se hubiese callado, nada de esto estaría pasando.― Masculló irritada. La situación había dejado de ser acto de desesperación a una acción que fue ejecutada por mera irritación en el momento. Si el tipo se hubiese mordido la lengua y no hubiera abierto la boca para decir majaderías y estupideces, ahorita no estaría muriéndose en el maletero del carro vintage de Emanuela. Terminó de tallar el suelo hasta ver el último botón de la camisa desprenderse y la arrojó dentro del balde que la rubia le señaló, junto con el resto de la ropa que traía puesta, quedando únicamente en su ropa interior y los tenis blancos, envolviéndose con una frazada que decoraba el respaldar del sofá. ―¿Estas segura de que no vendrá ahorita?― Le preguntó por Darius aterrorizada. No quería ni imaginarse al pelinegro entrando por esa puerta y encontrarlas tratando de esconder el cuerpo del delito. Eso sería peor que tener una pesadilla protagonizada por Freddy y Jason.
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Mensaje por Fleure S. Cartier Jue Abr 07, 2016 8:10 pm

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Miércoles • 9:40 PM. • Manhattan.

Cuando quedó en claro que la persona herida estaba en Willy, el escarabajo de Manu, no lo pensó más. Inmediatamente se desplazó hasta el sitio con el pequeño maletín que había traído consigo. Fleure no era de las clases más avanzadas, todo ese tipo de situaciones siempre le habían frustrado, más cuando en sus practicas el profesor estaba vigilandole constantemente, solo esperando a que cometiera un error mínimo para sacarla de clase. Cuando abrió la puerta del copiloto, lo que vio adentro terminó por tensarle y exclamar en francés las más interminable lista de malas palabras que conocía. ¿Qué mierda habían hecho? Aquello era inhumano, vil y hasta cierto punto repulsivo, pero no tenía motivo para reprocharles cuando ella misma había pasado por algo así hace ya algún tiempo. No había vuelta atrás, el hombre estaba demasiado demacrado y pálido como para mencionar palabra alguna. —Tranquilo, te ayudaré...—Murmuró mientras este lanzaba pequeños quejidos, adentrándose así en el asiento trasero para medir su pulso. Demasiado bajo. No había entendido las circunstancias que llevaron a sus dos amigas a terminar desfigurando a un hombre, pero de ser así tenía en mente un largo sermón para evitar que a la próxima ocasión alguien más terminara de esa forma. Conocía la sensación de culpabilidad y no le hubiese gustado que ellas pasaran por algo parecido.

La sangre no dejaba de escurrir, especialmente de la zona frontal derecha de su cabeza; ni hablar de las múltiples heridas en el torso que dejaron atrás a una camiseta a cuadros desgarrada y unos vaqueros inundados en el liquido carmesí. Cuando sus manos pasaron por su pecho para ver de mejor forma las heridas, la mano del individuo rodeo la su muñeca con fuerza, evitando que esta se acercara más. ¡Joder! No podía perderlo, era una vida humana, ¿Qué estaba ocurriendo con ella? Se había bloqueado sin saber realmente que hacer. La presión que ejercía poco a poco disminuía al grado de sentir el cuerpo pesado, hasta soltarse por completo. ¡Lo estaba perdiendo! No sabía dar RCP con exactitud, desconocía todo lo que conlleva hacer una reanimación pero al menos sabía cómo hacer las compresiones y suponía que eso sería suficiente hasta que lograran llegar al hospital. Revisó que efectivamente estuviera el pulso ausente antes de llevar ambas de sus manos a su torso. Una...dos... tres... Uno, dos, tres... Uno, dos, tres... Mierda. Nada parecía funcionar. Salió corriendo del escarabajo para ir hacia donde las chicas, aventando a su paso cualquier cosa que encontrara. —Tenemos que ir al hospital, está perdiendo la vida. — Se detuvo por un momento para tomar un poco de aire después del esfuerzo hecho, sintiendo como su pecho se unía a la presión del momento. La pinta que Fleure había adquirido era terrible, su rostro desesperado y las lagrimas de impotencia deteniéndose en sus ojos solo eran el detonante de su ahora ropas y cara teñidas de rojo. Un desastre en el cual estaba metida hasta el trasero. ¿Cómo quería ser una doctora cuando no podía lidiar con ello?


—¡NO SE QUEDEN PARADAS, MIERDA, MUEVANSE. —Terminó por gritarles con dureza, perdiendo el poco control que le quedaba. A la mierda si tendrían que hablar con las autoridades, ella tenía que salvar esa vida y así lo haría.  

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Mensaje por Invitado Mar Abr 12, 2016 1:11 am

Insomnia.



Miércoles • 9:40 PM. • Manhattan.

Ver a Fleure correr fuera del departamento me puso en acción. Busque el cloro que Ana me pedía, tenía reservas de todos los productos de limpieza y ácidos que pudiera necesitar para varios meses. Comprar en grandes cantidades se me daba bien, además también los usaba en el laboratorio y hacían buenos descuentos. Luego de quitar la mancha de café me fui a la habitación a buscar ropa para mi y la rubia mientras ella se esforzaba por limpiar la sangre junto al sofá. Controlé el móvil varias veces por si Darius me llamaba o enviaba algún mensaje. Quería escribirle para preguntarle donde estaba, pero me preocupaba que se percatara de que algo no estaba bien, ya le había enviado un mensaje hacía una hora o un poco mas, enviarle otro sería sospechoso.

Dejé la ropa en una cubeta junto a mis zapatillas. Me limpié las manos con abundante agua y jabón y me vestí. Me hubiera dado una ducha, pero con los nervios que tenía no me parecía prudente, además de que no era justo que mientras ellas se esforzaban yo me bañara. Volví en cuanto pude con la ropa para Niv -Quítate eso y ponlo aquí -señalé el balde -luego veremos que hacer con eso. Lávate las manos, mira tienes sangre en el brazo también -comenté al momento en que escuchaba que Flo entraba -Estábamos por ir hacia el coche- dije pero en realidad no me moví. Estaba asustada, de alguna manera sentía que la muerte me perseguía y no podía remediarlo.

Solo reaccioné cuando la morena gritó. La mire confundida por unos segundos hasta que volví a mi eje, tome el balde y le di un golpecito a Ana en el hombro. Me detuve en el dintel de la puerta principal, quería dar una última mirada esperando que todo estuviera perfecto para cuando mi novio llegara. No quería que él sospechara incluso de que algo podía pasar.

Llegué al coche subiéndome del lado del conductor -Ajústenle el cinturón, parece una estupidez pero no sabemos que puede pasar- lo puse en marcha y salimos a toda prisa -una vez quise comprar una bocina como la de la policía para este tipo de situaciones. Es excitante ver como todos se apartan para que puedas pasar a la velocidad de un rayo -sonreí histérica. Si de por si contaba chistes muy malos, con la adrenalina a mil me ponía bastante intensa. Traté de mantener el control respirando profundamente en varias oportunidades.
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