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Trama I | Luces de China

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Mensaje por Muerte Sáb Abr 02, 2016 2:13 am



Last living souls
Luces de China




"Las grandes almas tienen voluntades;
las débiles tan solo deseos.”
—Proverbio chino.


Año nuevo chino, 08 de febrero 2016.

La música en lindas tonadas orientales se podían escuchar por los grandes altavoces localizados en el parque, detrás de ellos una gran tarima decorada con luces multicolores esperando pacientemente a ser encendidas cuando la luz natural se esfumara de la velada. En el cielo falso del Sara Roosevelt Park se podían apreciar las llamativas lamparas en forma de monos y listones rojos, tal y como dictaba la tradición a seguir. Cada año, la comunidad de Chinatown se vestía de gala dando la bienvenida a su nuevo año, todo como parte de un atesoramiento cultural proveniente de su mismo país. Dentro de poco, la Ceremonia de los Fuegos Artificiales daría inicio dando la bienvenida a los turistas y citadinos atraídos por la celebración, mientras tanto estos eran hipnotizados por los múltiples sabores de los restaurantes o las atracciones de magia, danzas y acrobacias especiales para dicho evento al centro y alrededores de Chinatown.

Solo unos cuantos minutos más y el evento estallaría en su completo esplendor.


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Última edición por Muerte el Miér Mayo 04, 2016 12:00 am, editado 1 vez
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Mensaje por Invitado Dom Abr 03, 2016 7:28 pm
Mención:Nadie
Interacción:Aún nadie

Tomar turnos nocturnos había sido una necesidad más bien y no una idea, considerando que la noche siempre le había parecido notablemente satisfactoria y agradable, la paz que se podía sentir en el aire, el cielo estrellado y la oscuridad extendiéndose como un manto sobre toda la creación eran eventos que no podía dejar pasar sin admirarlos, sin atribuirles la importancia que tenían, al menos para él.

Tras terminar su turno, salió del hospital y caminó lentamente por las calles con rumbo hacia su departamento, en el trayecto una chica vestida de colores estrambóticos le tendió un flayer el cual recibió como acto reflejo, en aquel ponía que se iba a llevar a cabo el evento del año nuevo chino como cada año. Recordaba un poco los anteriores ya que llevaba un buen tiempo viviendo en Estados Unidos sin embargo jamás se había involucrado en uno, lo cual era gracioso considerando que en vida no había sido de su interés…¿Por qué tendría que serlo en la ausencia de la misma?.

Aun así, motivado por una fuerza que no estaba seguro de qué se trataba decidió asistir, quizás tenía que ver el hecho de que no tiró a la basura el volante sino que lo dejó sobre la mesa por lo cual cada vez que iba de un lado a otro desviaba sus ojos hacia aquel siendo algo imposible de ignorar. Comenzaba a pensar que se había hecho auto sugestión, no encontraba otra explicación por la cual, tras asearse y comer, estaba avanzando con rumbo hacia donde tendría lugar aquel evento: El Sara Delano Roosevelt Park. Lo conocía bien, cuando estaba vivo solía hacer el recorrido a través de él donde le gustaba apreciar el toque de la naturaleza allí, o al menos la brisa que desprendía hojas de los árboles dándole al lugar un toque más natural en contraste a la creciente urbanización de la ciudad.

Sus ojos se encontraban de momento atraídos por el espectáculo de magia que un sujeto y su asistente estaban ofreciendo, careciendo de total magia y siendo nada más que una ilusión que cualquiera que tuviese la suficiente inteligencia descubriría la falsedad del asunto. Aun así, era lo suficientemente interesante para mantener su atención fija en ello, como a otras personas a su alrededor.

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Mensaje por Fleure S. Cartier Lun Abr 04, 2016 3:50 pm


Interacción: Tyler Hannigan.


Rebuscó en la bolsa de papel ignorando lo poco elegante que fuese aquello que realizaría, alzando así la cabeza para vertir en su boca los restos del bocadillo que habían comprado minutos atrás en un puesto callejero de comida. —Me gustaron más los gusanitos dulces que los alacranes salados. —Opinó depositando la basura en el cesto que estaba cerca de ellos. Los anuncios por todos los noticieros locales, incluso ese simpático león multicolor en la estación del metro, solo hicieron que Fleure se interesara cada vez más por asistir a dicho evento; dejando entre ver su emoción a su novio para convencerlo de que se tomaran la tarde de ese día para asistir al parque a mirar los fuegos artificiales. 


Las pequeñas luces y el magnífico ambiente festivo parecía salir de la película de Mulán, lo que en general le parecía tan mágico y especial para una cita no tan improvisada. —El año del mono...Cada año es diferente, ¿No?— Cuestionó antes de sacar con premura su vieja cámara para girarse a obstruir el paso de su novio y tomarle una fotografía, así estas no le gustaran del todo. Una sonrisa ladina se formó en su rostro, así cogiendo su mano para continuar con el camino. —Ven, vayamos a ver aquel puesto. De seguro venden de esos xiaolongbao, quiero cuatro...—Parloteó mencionando dificultosamente el nombre del platillo que creía ser chino, esperaba estar en lo correcto, o lo que investigó de China estaba más perdido que su ultimo zapato.


Cosa que el codo del destino me dio:
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Mensaje por Invitado Mar Abr 05, 2016 12:11 am


Mención: Hor inexistente #1, niño chino.
Interacción: Nadie, aún.


Las risas de la rubia se perdían entre la de tantos que, como ella, se encontraban ahí para festejar la llegada del año del nuevo año chino que esta vez tenía como representación al mono. ¿La verdad? Tenía muy vagas ideas con todo lo relacionado a estas celebraciones pero aquello no le había impedido el año anterior el venir a disfrutar del desfile, los espectáculos y los fuegos artificiales que adornaban el cielo con tan esplendorosos colores.

Disfrutaba del espectáculo de magia junto a un numeroso grupo de gente; a su lado un pequeño de ojos rasgados no dejaba de tirar de la falda de su madre ante lo asombrado que le resultaban las escenas presentadas que para ella distaban mucho de la realidad que podría existir. Pudo reconocer a un hor entre los presentes, se había topado con él en varias ocasiones en el mercado negro aunque en aquel momento lo había descubierto por el singular reglo que, como ella, llevaba tatuado en el brazo; seguramente no sería el único de entre los suyos que rondaban la celebración.

Giró sobre sus talones para acercarse al puesto de comida más próximo, se le había antojado una de aquellas bebidas típicas.


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Mensaje por Invitado Miér Abr 06, 2016 4:02 pm

Luces de China

08 de febrero · Año Nuevo Chino


Interacción: Indigo W. Hadley

Año nuevo y no del de su cultura. China tenía un encanto extraño para el castaño. Hacía no muchos año había pasado un poco menos de un mes en aquel país y realmente había aprendido y disfrutado muchísimo. Aún con tantos años encima, aquella cultura le demostró que todavía estaba a tiempo de seguir aprendiendo. No dudó cuando se enteró de los festejos, era casi obligada su asistencia.

Corrió por las calles, el restaurant había cerrado tarde aquella noche y tenía un pequeño tramo que recorrer. Si lograba hacerlo a tiempo, tal vez vería la mejor parte del espectáculo. Agradeció internamente que la comida tapara el olor a la comida que el llevaba encima porque no había tenido mucho tiempo de arreglarse. Se frenó en seco justo al borde del parque, todavía faltaba un rato para el mayor espectáculo. Bordeó el lugar hasta llegar a los puestos de comida y se acercó a uno, intentando recuperar el aliento. Había mucha gente pero en la fila, reconoció una cabellera rubia. Se acercó por detrás y la abrazó por la cintura, intentando no asustarla. - ¿Intentando cazar un poco de comida?

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Mensaje por Invitado Miér Abr 06, 2016 8:54 pm

Mención: A las chicas del laotong.
Interacción: Con nadie.


La neoyorkina se encontraba concentrada en lo que el visor de la cámara le mostraba. Aquella atmósfera adornada por luces e invadida por los olores y música tradicional de china, lograban trasladar a cualquiera a kilómetros lejos de ahí. El significado detrás de los fuegos artificiales, era algo que lograba atraerla a la celebración desde años atrás y con los hechos recientes, necesitaba más que nunca aferrarse a algo que la reconfortara. El tintineo de un móvil de viento proveniente de uno de los establecimientos que se encontraban a su espalda llamó la atención de la ojiazul, obligándola a girar sobre su eje, si bien no tenía gran conocimiento sobre aquella cultura era imposible que no reconociera una ceremonia de Laotong, así que como acto reflejo su diestra fue directamente al objetivo para lograr enfocar y así capturar la escena que se encontraba presenciando. No había duda, aún quedaban razones por las cuales sonreír.


Dejo que la cámara se colocara a un costado, sujetada de la correa para así continuar caminando entre la multitud de gente. Buscando con la mirada algún lugar para comer y a su vez algún establecimiento en donde pudiera conseguir uno de esos papeles rojos que llevaba la mayoría, aun por absurdo que pareciera, quería escribir uno que otro deseo tal cual la tradición mencionaba. Cree en la magia y solo así será real.

Chan chan. :

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Mensaje por Invitado Jue Abr 07, 2016 11:07 pm


Mención: Blue, dónde estás.
Interacción: Jax.


—Si no me quitas las manos de encima te voy a romper la cara. —giró su rostro en dirección al chico y le dedicó una tierna sonrisa, como si no fuera capaz de cometer tal atrocidad cuando la realidad era tan diferente; si se hubiera tratado de alguien más el que se había atrevido a tocarla de aquella manera, ya se encontraría en el piso, con un ojo morado y un par de huesos rotos, como mínimo, pero como se trataba de Jax le otorgaría un minuto de ventaja antes de que su puño terminara estampado contra su rostro. —Comí ayer, de momento solo quiero probar el té. —respondió mientras se deshacía del agarre de sus brazos; a Indigo le había tomado su tiempo el percatarse de que rehuía a la muestra de afecto proveniente de algún chico, ella no tenía problema alguno en demostrar abiertamente su cariño como lo hacía con Blue pero después de tantas decepciones había creado cierta coraza para los del otro género.

—No pensé que te encontraría por aquí. —confesó, avanzó junto con la fila mientras sus orbes viajaban por doquier, observando las maravillas que la cultura China le ofrecían. —Es hermoso, ¿no crees? —su voz sonó incluso soñadora.

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Mensaje por Invitado Sáb Abr 09, 2016 12:08 pm
Mención:Nadie
Interacción: Nadie

Una vez que el espectáculo de seudo magia había terminado decidió voltearse y salir de allí, no se quedó aplaudiendo o aventurando palabras de asombro como los demás debido a que no era algo que pudiese hacer, de hecho tan sólo se quedó hasta el final de la rutina por mero desperdicio de tiempo, aburrimiento en general. Sus manos descansaban en los bolsillos de sus jeans mientras caminaba a paso lento por las calles, el aroma de comida se filtró por su nariz lo cual se le hizo familiar a cuando estaba vivo, la sensación de estimular sus sentidos y querer comer algo.

No lo había hecho hace dos días, en su nuevo estado orgánico podía estar sin alimentarse por más de un día sin sentir un ápice de cambio lo cual sería un contraste radical de estar vivo, claro está ahora, debido al ambiente que le rodeaba se sentía tentando de probar bocado, sobre todo por encontrarse a centímetros de puestos y restaurantes que ofrecían todo tipo de alimentos.

Sin más que deliberar entró en un restaurante que tenía una fachada bastante decente a su juicio donde consiguió una masa horneada con relleno dulce tradicional de China, no estaba seguro de cómo pronunciarlo sin embargo tenía un buen sabor por lo cual no le importó realmente qué tenía o qué era, además no existía el riesgo de intoxicarse o algo peor considerando que ya estaba muerto. Se sentó durante algunos minutos mientras le durase la porción que tenía en las manos, primero porque no tenía prisa y segundo porque podría conseguir otra ración de quedar insatisfecho o por simple glotonería cosa que era bastante segura considerando que le había gustado.


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Mensaje por Invitado Sáb Abr 09, 2016 11:24 pm
Mención:Nadie
Interacción: Nadie

—¡Xiaosheng!—se escuchaba gritar a su madre desde el primer piso.—¡Baja en este instante!

Le habían contado mal la historia. El periodo de espiritualidad y alegría que cada celebración de año nuevo debía traer para las familias del viejo barrio chino, nunca fue tal. La población se movilizaba entorno al público, los turistas y las ganancias, montando un espectáculo que sólo en su más pequeña expresión era dedicada a ancestros y buenas fortunas. El esfuerzo de los integrantes de la familia Xinyu empezaba con semanas de anticipación, en donde la dinámica propia de las tiendas y el restaurante se reformulaba para poder dominar la mayor cantidad de puestos posibles. Chaquetas rojas con botones dorados para sus hermanos, quienes vendían shui-chiao y jiu por las calles, y un vestido tradicional celeste con bordados dorados para ella, encargada de la venta de banderines con caligrafía china a las afueras del restaurante. Puesto que cada tanto abandonaba al vislumbrar a uno que otro conocido acerarse. Corría con rapidez al interior del restaurante, ocultándose en el segundo piso y subiendo falsas fotografías en su cuenta de Instagram. Temía perder credibilidad en el medio. Irónicamente quien más intentaba alejarse del estereotipo en el que la encerraban, era quién más fuertemente estaba anclada.

A regañadientes volvió a su puesto, reacomodando la tinta y escribiendo el nombre de un chica que a los pocos minutos se acercó. No sucumbió a la opresión, y orgullosa de su pequeño acto revolucionario, se permitió dejar puesto un audífono. Desde el otro lado cantaba Taylor Swift, como burlándose de aquellos turistas que modulaban exageradamente al hablar con ella, seguros de que a duras penas hablaba inglés.



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Mensaje por Invitado Lun Abr 11, 2016 1:25 am

Mención: Un mafioso llamado "Mono".
Interacción: Fleure y una niña.

Recuerdo que cuando era pequeño siempre iba de aquí para allá sobre una vieja patineta azul, y me preguntaba hasta donde sería capaz de llegar sin mirar atrás. Aun hoy, me gustaría saber que intentaba probar con eso. —Por supuesto, aunque personalmente el mono no me agrada mucho. Tal vez porque lo asocio al otro Mono... y mira si es molesto— sobó la parte de atrás de su cabeza mientras se quejaba de lo último en voz baja. Había estado mirando las luces multicolores de la tarima, viajando al pasado por cortos instantes antes de que ella lo sorprendiera con la fotografía. Le gustaban esas culturas y aunque no era un erudito en el tema siempre tenía algo que comentar, como viejos relatos.

—¿Segura que quieres cuatro?— la cuestionó mientras se dejaba arrastrar por ella. La calidez que su mano le transmitía reconfortaba la frialdad de la suya, envolviéndolo, como al arroz en hojas de alga. Se soltó de ella para ponerse en frente y seguir andando pero de espaldas, muy confiado de sus pasos. Sabía que la castaña estaba entusiasmada con todo eso, ¿pero hasta que punto podía arriesgar? Una sonrisa maliciosa afloró en sus labios. —¿Te gustaría apostar algo?— En eso chocó contra alguien. —Hey, ¿acaso quieres morir?— contestó agresivo a la pequeña figura detrás suyo y que parecía no pasar los cinco años, sin saber que eso daría inicio a lluvia ácida. Orbes acuosas, acompañadas de un tono carmesí en sus mejillas mientras contenía el aliento. Iba a llorar.


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Mensaje por Muerte Miér Abr 13, 2016 4:23 am



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Luces de China, Parte II.




"Las grandes almas tienen voluntades;
las débiles tan solo deseos.”
—Proverbio chino.


—Cuenta la antigua leyenda china que hace mucho un Monstruo llamado Nian existió. Este ser tenia forma de una bestia y era era carnívora. Vivía en las profundidades del mar durante todo el año, pero en la víspera del Año Nuevo Chino, Nian subía a la superficie para devorar el ganado y a las personas. Una vez, en la víspera de otro Año Nuevo Chino, apareció un valiente y astuto Hombre quien haciendo uso de varios cohetes y petardos, asustó al monstruo Nian con el gran ruido y los destellos de las luces. Desde ese entonces, el pueblo Chino iluminamos nuestros hogares con grandes antorchas y decoramos con listones rojos, así mismo damos inicio a lanzada de petardos, con base de la creencia sobre el miedo de Nian al color rojo, el brillo del fuego y los fuertes ruidos. Bienvenidos a la Ceremonia de los Fuegos Artificiales de Nueva York...— Los trucos de magia y danzas intermitentes finalizaron, dando paso al alcalde de la ciudad el cual comenzó con la inauguración del evento; agradeciendo así mismo la asistencia de los invitados mientras mencionaba con orgullo la vieja leyenda que sus padres le había inculcado con los años. Para el hombre, el estar ahí dándose el lujo de ser el maestro de ceremonias era un logro más en su vida; en la cual, no siendo completamente chino, sus raíces estaban totalmente arraigadas gracias a sus antecesores. Prosiguiendo con el proceso, se invitó así mismo a los miembros de honor de la zona para dar así inicio al encendido de los fuegos artificiales, en donde el alcalde demostró su gratitud y respeto a los ancianos chinos, los cuales eran los que continuaban llenando las calles de Chinatown con sus tradiciones tan majestuosas como la de esa noche. El asentimiento por parte de los ancianos no se hizo esperar, largando así a los fieles habitantes de la pequeña ciudad el tiempo para que encendieran los kilos de polvora esparcidos por todo el escenario. El cielo poco a poco se llenó de luces multicolores, mientras en el fondo las notas de una tradicional melodía acompañaba a propios y extraños para adentrarse en la atmósfera mágica de la noche. Los fuegos artificiales daban así la bienvenida a la semana de celebraciones por el nuevo año del mono.

Al finalizar la quema de polvora, una mujer de un largo saco de colores rojos y dorados subió al escenario, haciendo sonar un par de veces un gon chino, lo cual el sonido del instrumento de percusión resonó por los altavoces, pidiendo así a los asistentes un minuto de silencio para honrar a sus antepasados.Los segundos pasaron con lentitud, acallando entre voces a la multitud aglomerada en la plaza y mientras los asistentes realizaban sus propias costumbres con los listones rojos, celebraron con respeto ese breve momento de paz.

Pero nadie se vio venir los gritos desgarradores que interrumpieron el momento, seguido después de unos cuantos más en diferentes zonas. No había tiempo para escapar, las brumas habían llegado, atacando por las orillas y así, obligando a que los seres vivos se adentraran en una de sus peores pesadillas.


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Mensaje por Invitado Jue Abr 14, 2016 4:23 pm

Luces de China



Entre la multitud · Tik Tok



Interacción: Wilhelm E. Nilsson

Las luces de Chinatown alumbraban las calles como si fuese víspera de navidad. La gente festejaba, la multitud movilizada por la celebración se mimetizaba entre sí al compás de la música. Era extraño como tanta gente de culturas tan diferentes podía compartir un mismo espacio sin importarle el de al lado. O tal vez no lo era.

El gong sonó y la gente calló. Todos empezaron a rendir tributo a antepasados asiáticos que muchos no tenían, pero que aquella noche se hacían respetar en todas partes del mundo. Nadie se movía, nadie hablaba, incluso algunos tenían los ojos cerrados con firmeza, como si así pudieran demostrar mas respeto. La calma no duraría mucho, pero allí nadie lo sabía. Un minuto de calma ¿era mucho? ¿era poco? Todos esperaban la señal. Un minuto, una hora, no importaba. Después de todo la calma siempre antecede al huracán.

La primer víctima cayó bastante rápido. La bruma se apoderó del pobre joven sin que este tuviese manera de prevenirlo. Nadie allí podía hacer nada y si había alguno que podía, probablemente no salvaría ni a un cuarto de los presentes. Eran demasiados contra tan pocos, no tenían ni una mínima chance. Un segundo grito desgarrador, esta vez de una voz más joven, interrumpió de nuevo en el aire. a conglomeración de gente comenzó a moverse inquieta: nadie sabía lo que pasaba pero todos querían salir de allí.

Tenía trabajo por hacer y llevaba buena parte de la noche persiguiendo aquellos ojos azules. Los había encontrado observando magia, bastante entretenido. Lo había perdido un rato de vista pero lo encontró nuevamente donde estaba ahora: afuera de un restaurant típico de aquella cultura. Dos gritos le fueron suficientes para empezar a recorrer el sitio. Las personas huían pero ¿que se podía hacer contra una sombra? ¿contra puro humo? Llegó por delante, haciéndole frente y envolviéndolo desde los pies. Solo necesitaba rozar su cuerpo para que su cometido empezara a cumplirse. Meterse en su mente no sería muy difícil, todos eran débiles. Nada a su alrededor cambiaría, pero poco a poco se empezaría a sentir ahogado. Un calor interno comenzaría a invadirlo como si de repente hubiese caído en el mismísimo infierno, infierno que estaba materializándose poco a poco en sus pies, aunque en realidad nada ardía. Sus piernas y manos se verían inmovilizados por cuerdas que no sabría de donde habían salido y no podría hacer más que sacudirse. Allí estaba, un fuego que solo ellos veían que amenazaba con consumir al ojiazul, atrapado por su propia mente.

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Mensaje por Invitado Jue Abr 14, 2016 5:23 pm

Luces de China



Multitud · And you can see its blood


Interacción: Fleure S. Cartier

Al principio tan sólo fue una sombra, luego con el correr de los minutos esta adquirió mayor definición hasta adoptar una forma clara: una existencia oscura e inmaterial que se deslizaba por la creación con suma facilidad, ondeando un camino con su antinatural presencia. Se arrastró hasta rodear a la chica que había elegido como su nuevo pasatiempo, su próxima víctima.

Cuando ella se dio cuenta de que algo era diferente a su alrededor, o más bien, en su espacio personal, y alzó la vista para intentar dilucidar lo que sucedía, no vio nada, excepto la imagen de una pequeña niña. Rizos de color ámbar, ojos verdes como un prado y una sonrisa que exhibía perlas tan blancas como las nubes de un soleado día. Le miró como si fuese algo sumamente común en ella, regalándole una de las mejores curvas que su boca había hecho alguna vez, sólo que tras haber estado a escasos centímetros de ella, inesperadamente se volteó y gritó, un estruendo tan fuerte que debió a alarmar a cualquiera a su alrededor, sólo que tan sólo estaban ellas dos en lo que parecía una calle abandonada.

La niña le miró y luego le pasó al lado corriendo, sin explicación ni advertencia alguna, llorando y gimiendo presa de un terror evidente pero desconocido para Fleure. Tras seguirle con la mirada la castaña comprobó que ya no estaban en el mismo lugar sino que un distante y oscuro callejón, allí, sin siquiera haberse movido o realizado el más mínimo movimiento, completó una escena que no antes no estaba ahí, o eso creía: a unos cuantos pasos de distancia, un bulto estaba en el piso obstaculizando el paso, desde la perspectiva no tenía forma clara dada la oscuridad que se cernía sobre ella, sin embargo, como si hubiese sido algo necesario, una luz por lo alto se encendió extendiendo su halo lúminico en el lugar y otorgándole una forma definida al bulto, era la niña de antes, recostada sobre el suelo creando mórbidos ángulos con su cuerpo, sus ojos estaban abiertos y llenos de una única emoción, terror.

La sangre se había filtrado a su alrededor primero como una pequeña filtración, más luego se convirtió en un charco que no hacía más que extenderse, y como no si provenía de su estómago, donde un corte profundo había logrado marcar claramente una diferencia entre la parte superior de su cuerpo y la inferior, allí mismo donde las vísceras habían dado un vistazo al exterior llevando consigo aquel fluido carmín espeso. El mismo que en un abrir y cerrar de ojos, Fleure tenía en sus manos, aquellas que también sujetaban un cuchillo de grandes proporciones que evidentemente había sido el arma homicida. De aquella hoja, goteaba sangre como un grifo abierto impactando al suelo, donde antes era asfalto, ahora sólo era una masa acuática, uno que creció rápidamente hasta engullir a la castaña. Ahogándola en un mar de sangre.
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Mensaje por Invitado Vie Abr 15, 2016 10:40 am

Luces de China



Multitud · And all the light has died


Interacción:  Jax W. Madden
Indoloro e imprevisto, dos características propias que se podían atribuir a aquel manto que comenzó a extenderse de la nada, Nyx parecía ser la benefactora principal de la oscuridad que se cernía alrededor de las personas. Podría haberse esparcido y devorar a todos los presentes, sin embargo, de una forma decidida y quizás hasta juguetona, se abrió camino hasta llegar a quién captó toda su atención.

Cabello castaño claro y ojos verdes parecían ser el foco de atención de aquella siniestra forma, fracturada por la reflexión de las luces parecía no tener clara su conformación más eso no era lo importante cuando su función no dependía de la negrura que la constituía. Sino por el hecho de que propiciaba que el ambiente alrededor de aquel hombre comenzara a variar, primero, comenzando a verse sombras en el pavimento que se extendían hasta el horizonte sin un fin claro y luego, por el volcamiento de una aparente sustancia similar a la brea que caía sin cuidado alguno, salpicando todo a su alrededor para hacerlo desaparecer, engullendo la luz que pudiese existir en aquel lugar.

De un instante a otro, todo comenzó a ser cubierto por un negro tan oscuro como el caos mismo, alargando lánguidos y poderoso brazos hacia su alrededor, consciente de acabar con cualquier rastro de luminiscencia, sometiendo a aquella, por sobre todo, y así alzarse como el soberano en una eterna disputa entre la luz y la oscuridad. Sólo que esta había llegado a su fin, y la vencedora había sido la más insana e intensa negrura que podría haber existido. Y era toda para Jax, aquel que en plenas facultades de sus sentidos, veía privado uno de los más necesarios, la vista, ya que para él, todo lucía exactamente igual: absoluta tiniebla.

Sin embargo, eso no era lo peor, puesto que, en un abrir y cerrar de ojos, aquella masa azabache comenzó a gotear, y luego a moverse, como tentáculos que se dirigieron hasta él, impactando contra su cuerpo y extendiéndose como una especie de plaga, consumiéndolo en la misma e irrelevante tenebrosidad.

Era cosa de minutos para que sucumbiese ante aquel poder, estaba indefenso y nada podría hacer para escapar de ello. Ciertamente, la mente era poderosa, capaz de hacerle creer a los seres vivos cosas que no son, como en esta situación. Sin embargo, ¿Realmente es todo una ilusión?, puesto que cada uno configura un pequeño mundo a su alrededor, del cual tan sólo aquella persona es responsable de lo que sucede, así que, ¿Qué tanto es verdad y qué una mentira?. Pronto se sabrá la respuesta.
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Mensaje por Fleure S. Cartier Sáb Abr 16, 2016 4:46 am


Interacción: Miedo y la pequeña (?
Mención: Tyler.


Un pequeño golpe aterrizó en el brazo de su novio cuando notó que la pequeña estaba a llorar, quedando pocos segundos después en cunclillas para intentar hablar con ella y tranquilizarle un poco antes de que su madre llegara y les reclamara hasta por respirar. Pero Fleure nunca miró lo que había más allá de esa niña, ni la sombra que se cernía sobre ella, el punto cumbre llegó cuando las luces parecían extinguirse, dejando solo al alcance de su vista a la pequeña de caireles caramelo y mirada acuosa. Un escalofrío recorrió su espalda, levantándose inmediatamente y buscando aferrarse al hombre que le acompañaba, más sin embargo este también había desaparecido. —Tyler...— Jadeó. Estaba entrando en pánico, ella no se había movido a ningún lugar y era más que obvio que las personas no podían irse en un parpadeo. Algo andaba mal, lo presentía. La pequeña chilló lanzando un agudo grito, haciendo que la castaña pegara un brinco y llevara una mano a su pecho, intentando no sobresaltarse. 

Pero la escena cambió y con ello la percepción de la castaña. En su alrededor no había más que un siniestro silencio rodeado de una oscuridad infinita. A lo lejos pudo divisar un pequeño bulto, tomando un poco de su fuerza para acercarse a el a si estuviese siendo presa de la angustia. El terror la carcomió. La francesa comenzó a llorar desconsoladamente, abriendose paso presa del miedo y la angustia intentando retroceder lo más lejos posible de aquella imagen. Yo no lo hice, yo no lo hice, yo no lo hice... No fue hasta segundos después que soltó el arma, notando inmediatamente que su cuerpo se quedaba atascado en una piscina carmesí que terminó por engullirla. Debajo de esa gran marea el dolor comenzó a hacer acto de presencia, cada uno de sus músculos fueron bloqueados, impidiendo que ella pudiese salir a la superficie para recibir un poco de oxígeno. Aterrada, asfixiandose y un dolor terrible en el cuerpo solo fue el golpe que la francesa necesito para poco a poco sumirse en los brazos de la inconsciencia.


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