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Trama I | Luces de China

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Mensaje por Muerte Sáb Abr 02, 2016 2:13 am
Recuerdo del primer mensaje :




Last living souls
Luces de China




"Las grandes almas tienen voluntades;
las débiles tan solo deseos.”
—Proverbio chino.


Año nuevo chino, 08 de febrero 2016.

La música en lindas tonadas orientales se podían escuchar por los grandes altavoces localizados en el parque, detrás de ellos una gran tarima decorada con luces multicolores esperando pacientemente a ser encendidas cuando la luz natural se esfumara de la velada. En el cielo falso del Sara Roosevelt Park se podían apreciar las llamativas lamparas en forma de monos y listones rojos, tal y como dictaba la tradición a seguir. Cada año, la comunidad de Chinatown se vestía de gala dando la bienvenida a su nuevo año, todo como parte de un atesoramiento cultural proveniente de su mismo país. Dentro de poco, la Ceremonia de los Fuegos Artificiales daría inicio dando la bienvenida a los turistas y citadinos atraídos por la celebración, mientras tanto estos eran hipnotizados por los múltiples sabores de los restaurantes o las atracciones de magia, danzas y acrobacias especiales para dicho evento al centro y alrededores de Chinatown.

Solo unos cuantos minutos más y el evento estallaría en su completo esplendor.


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Última edición por Muerte el Miér Mayo 04, 2016 12:00 am, editado 1 vez
Muerte
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Mensaje por Invitado Sáb Abr 16, 2016 8:34 am

Luces de China



Multitud · She could see the things that hide in the corners of everyone else's eyes.


Interacción:  Oniria Koening


La muerte posa sus ojos en un lugar en donde no existe el tiempo, no hay pasado que le importe o un mañana que exista en suma esperanza.  Ahí estaba ella, caminando ausente y deslumbrada por colores y sonidos que se apagan, uno sobre otro. Tenía los ojos de su madre, aquellos mismos que había visto quedar ausentes bajo la lúgubre extensión de su existencia. A la desesperanza le motivaba el regocijo morboso de cerrar un ciclo, poder acabar con cada aliento, con cada pulso, tal como lo había hecho años antes. Vagaba entre las sombras, un ente desconocido por almas burdas aunque familiar a todos quienes se encogían ante el temor de ver algo de reojo. Oculto en la periferia, nunca al frente, pero nunca lejos, más bien habitando detrás de los espejos.

En caótica armonía, el horror en forma de mujer se acercó a la castaña. Dedos fríos tocaron su muñeca, antes de comenzar a jalarla y escuchar el inglés rústico de la china que le ofrecía delicias en su restaurante, que nunca antes hubiera degustado y haciendo oídos sordos a lo que respondiera. Entraron a una tienda, cruzando un pasillo y perdiendo el sonido de la celebración. A medida que cruzaban, se volvía más oscuro, frío y silencioso. Era como si el ruido de la vida misma fuera succionado por las paredes.  La repercusión de los fuegos artificiales nunca las atrapó, las sombras, al contrario, sí lo hicieron, pero sabían cómo jugar bajo la ilusión de la tranquilidad. Tres mesas llenas como si de un festín se tratara se encontraban al salir del largo pasillo, unos cuantos turistas, todos de espaldas, parecían llenar sus platos con lo que encontraban en finas bandejas de cerámica. Nada era claro, la ausencia de ventanas y la escasa luz que provenía de velas rojas ubicadas en las mesas hacían que sólo las siluetas se vieran como algo definido, el resto era tinieblas. Un plato fue ubicado en sus manos y la mujer desapareció de su costado con la rapidez de quién no es más que aire. Los murmullos de los turistas fueron disminuyendo, hasta volverse un sonido estático ininteligible. Instantes después siguieron las velas, apagadas por una brisa estruendosa que extinguió la llama y finalizó en una exhalación fría detrás de la nuca de Oniria.

Luego, todo fue oscuridad.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco.  A los seis, llamas salieron del suelo iluminando el espacio con su fuego naranja devorador. Pero ya no era el restaurante. Azulejos y espejos cubrían desde el suelo  a las paredes, y entre la combustión y los objetos del cuarto de baño, algo destacaba. Un recuerdo mórbido, un cuerpo: los ojos celestes y carentes de vida harían par.

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Mensaje por Invitado Dom Abr 17, 2016 11:11 am
Mención:Nadie
Interacción: Miedo sexy (?)

Disfrutaba de aquel bocadillo con suma lentitud, dejándose llevar por los sabores que lo conformaban y que su propia boca ayudaba a identificar, había tomado asiento en el restaurante mientras por el gran ventanal de este observaba a las personas transitar por fuera. Un sonido de metal golpeándose pero agradable al oído se escuchó así como los fuegos artificiales que iluminaron todo alrededor en una explosión de colores que mantenía la vista de todos fijos en ellos, incluyéndole. No era algo novedoso pero seguía siendo interesante al menos de ver, y considerando que no había nada más que pudiese mantener su atención en aquel instante se dejó llevar por ello.

Terminó aquel bocado y se limpió las manos con una servilleta dispuesta para él, por cosa de capricho alzó la mano para llamar a la camarera y pedir un par más, quizás hasta doblaría el pedido tan sólo para llevar al hogar y darse un pequeño festín, innecesario pero en aquel momento no le importaba, después de todo tenía plena libertad de sus actos. La mujer caminó hacia él pero se detuvo a medio camino con los ojos abiertos de par en par, mientras tanto a su alrededor comenzaron a escucharse gritos provenientes de todas las direcciones incluyendo el lugar donde estaba, osciló la mirada para darse cuenta de que en las calles sombras oscuras se movían con rapidez entre las personas lo cual significaba una cosa: Miedos, los cuales atacaban a los demás de una forma inusual, puesto que nunca había visto tal cantidad de ellos en un solo lugar.

Por su parte, no tuvo tiempo a reaccionar dado que tras volver la cabeza se encontró de frente con aquella azabache incorporeidad, aquella misma que desapareció tan rápido como pestañeó, allí, donde había estado hace unos segundos no había nada. O eso creía, hasta que notó que la temperatura aumentaba rápidamente, donde hubo madera, ahora una llamarada se alzaba con fuerza extendiéndose hacia él, tuvo la intención de levantarse y salir de allí pero algo lo detuvo, cuando bajó la cabeza estaba de pie y atado de manos y piernas hacia una viga de madera, emulando a una crucifixión. Su corazón, a pesar de estar muerto, seguía funcionando y lo demostraba porque latía con fuerza, tan rápido que debería salir de su pecho, no podía ser cierto, eso no estaba allí, pero, ¿Cómo negarlo?, cuando sentía que las llamas eran tan fuertes que su frente sudaba y sus vellos olían a quemado. Iba a quemarse vivo, lo presentía, no iba a gritar, no quería, pero lo hizo, y no por la situación, sino por sus fibras nerviosas en contacto con aquellas flamas intensas, dolor extendiéndose de forma insoportable, su carne abrazada por las llamas.
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Mensaje por Invitado Miér Abr 20, 2016 2:06 am


I know you, I walked with you once upon a dream. I know you, the gleam in your eyes is so familiar, a gleam




Interacción: Indigo Hadley.



«En el castillo todo había enmudecido, nada se movía con vida. Péndulos y relojes repiquetearon hasta que su cuerda se acabó. El tiempo parecía haberse detenido realmente. Alrededor del castillo, sumergido en el sueño, empezó a crecer como por encanto, un extraño y frondoso bosque con plantas trepadoras que lo rodeaban como una barrera impenetrable...»

Insaciable.

Al principio se conformó con mirar a la distancia, desde el mundo de ondas lumínicas y sonoras de los reflejos  y siguió a la mujer a discreción, dejándose llevar por el fluir de las sensaciones de su propia presencia inaprensible distante: estaba ahí aunque fuera sólo una tenue existencia aún por revelarse: una leve bruma de ser impregnada en cada uno de los poros de esa existencia. Las oscuridad se presentó al instante, sin darle tiempo alguno para que la mujer procesara lo que pasaba a su alrededor, separándole en vagas abstracciones de realidad o fantasía finalizando el proceso en una completa calma. Al paso de un parpadeo, una habitación armoniosa con papel tapiz claro y una pared llena de muñecas decoraba la escena, seguido de un desgastado cuento de hadas cubierto por una brillante capa de destellos, buscando atraer su atención. Su edad no era importante, reconocía sus peores pesadillas pero también una parte de ellas traían consigo buenos recuerdos. La calma antes de la tempestad. La chica se acercó lo suficiente para que el libro sea abriera de golpe, agitando un feroz viento azotador por la recámara. Muebles, ropa, juguetes, todo parecía llevárselo las ventiscas  en su más puro estado. Sus cabellos se agitaban golpeando su rostro con fuerza, mientras así, la bruma le adentraba en un estado de parálisis total. Avivar la sensación de no estar en ninguna parte, un agujero negro difícil de explicar.

Agonizante.

Una enredadera de hiedra se deslizó entre sus piernas y brazos imposibilitando aun más el probable movimiento. El fuego apareció, quemando todo a su paso esparciendo destellos dorados a su alrededor, paso a paso, una fogata desmensurada dio comienzo a la consumación de la pieza primordial del festejo en la plaza principal de un antiguo pueblo americano.  Mujeres danzantes rodeando el espectáculo, vivas y felices de terminar con el proceso que alguna vez consideraron una aberración. Ahí estaba ella, mirando el espectáculo en primera fila, viendo como su propia esencia se carbonizaba centímetro a centímetro.


« Al ver frente a sí al príncipe, murmuró: ¡Por fin habéis llegado! En mis sueños acariciaba este momento tanto tiempo esperado." El encantamiento se había roto. La princesa se levantó y tendió su mano al príncipe. En aquel momento todo el castillo despertó. Todos se levantaron, mirándose sorprendidos y diciéndose qué era lo que había sucedido. Al darse cuenta, corrieron locos de alegría junto a la princesa, más hermosa y feliz que nunca... »

Dulces sueños, princesa, tu peor pesadilla acaba de comenzar.
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Mensaje por Invitado Miér Abr 20, 2016 3:46 am


Oh, my sweet little boy



Interacción: Tyler C. Hannigan


Se deslizaba con lentitud sobre el asfalto, sigiloso entre la multitud sin ninguna prisa por elegir a quien sería su siguiente víctima. Los fuegos pirotécnicos estallaron en el cielo como si aquello se tratase de una guerra, la diferencia residía en una única cosa: una guerra sugiere que ambos lados tienen la posibilidad de ganar, y aquí bien sabíamos que todos sucumbirían a sus peores pesadillas.

Si aquella espesa bruma hubiera tenido facciones en aquel momento habría mostrado una ladina sonrisa y un brillo de excitación en los ojos al admirar a su próxima presa. Se extendió como si se tratara de una oscuridad totalmente abrumadora, asfixiando y cegando segundo a segundo al hombre. Los relojes parecían correr cada vez más rápido situando en esa excitante entonación el cómo la fragilidad humana se mostraba en su máxima expresión, qué fácil sería el aplastarlo hasta hacerlo añicos. Un golpe en seco capturó la atención del tatuado, fuera de si, todo comenzó a dar vueltas en su alrededor en una especie de tornado fotográfico, como si decenas de flashes se dispararan hacia él. Una mujer de amplia sonrisa tétrica y un vacío existencial en su mirada, con sueños, perdiciones, mentalidad abatida se encontraba ahora frente a él, rogando por una felicidad que nunca obtendría porque su vida estaba ligada a una destrucción inminente. Lágrimas silenciosas caían por su rostro abatido mientras se colocaba la soga al cuello, su último pensamiento se lo dedicó a aquel pequeño con tantos sueños e ilusiones rotos marcados en su futuro. Aquel pequeño ser era ahora una desgracia, una desdicha para la mujer que en aquel momento no pudo soportar la vida; al menos esos eran los pensamientos que el miedo implantaba en el pobre mortal, tan sencillo que era entrelazar aquella falsa realidad en su débil mente. Ella está decepcionada de ti, ¿sabías? Ella no pudo soportar la idea de una vida contigo, ella está esperando a que sigas sus pasos, espera a su pequeño e incauto bebé para volverlo a estrechar entre sus brazos, para poderle susurrar cuánto lo detestaba. La mujer se dejó caer y los espasmos no tardaron en recorrer su cuerpo hasta que el vacío inundó su mirada y no quedó atisbo alguno de vida, lo último que vio fue a aquel pequeño, rogándole porque siguiera sus pasos. Las carcajadas llegaron a continuación, provenientes de un rincón de aquel antiguo lugar, su progenitor había sido espectador de tan despiadada escena y se regocijaba sin piedad.  

El miedo no le otorgaría ni un segundo de reacción, en ése momento se materializó en forma de pequeños seres hechos de sombras, pesadillas vivientes que se acercaron a él y treparon por sus pantorrillas. Lo arrastrarían con ellos, lo llevarían hacia las tinieblas.
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Mensaje por Invitado Jue Abr 21, 2016 10:33 pm
Interacción: nadie y todo el mundo (?)
Mención: El camarero.



«¿Pero qué hago yo aquí?» pensó la morena de ojos azules cuando un jolgorio que no pertenecía a los gritos de júbilo tomó las calles.

La curiosidad y el miedo se abrazaron dentro de ella, en su pecho, caliente por los chupitos que acababa de ingerir por cortesía de un camarero. El cuerpo entero estaba caliente, de hecho, hasta sudaba. Eva sudaba como una condenada a principios de febrero, en pleno invierno. Hasta tuvo que pasarse los dedos por la frente para retirar algunas gotas que, literalmente, resbalaban por su piel. Su vista, algo nublada por el alto contenido en alcohol de la bebida, la engañó haciéndole creer que había menos movimiento del que realmente había. Todo se movía a cámara lenta para la morena, no así el sonido. Los gritos, la tensión acústica, los llantos, los alaridos taladraban sus oídos con fuerza.

Eva plantó al camarero y abandonó el local como alma que lleva el diablo —qué paradójico—. Lo que vieron sus ojos, aunque despacio, fue entendible. Cuerpos moviéndose desesperados en todas direcciones. Si en algún momento pudo hacerse una idea general del entorno, las luces terminaron de atontarla del todo. Eva se sintió en el interior de una imagen psicodélica y, aunque la intención de beber había sido pasarlo bien, empezó a aborrecer los chupitos que con tanto gusto acababa de tomarse. La muchacha, asustada e incapaz de comprender nada, echó a correr. Su cuerpo, desde fuera, era torpe y un obstáculo para los demás, pero ella hacía su mejor esfuerzo.

Lo que Eva no sabía, y quizá nunca sabría, era que aunque todo el mundo corría en direcciones aleatorias, ella estaba corriendo en dirección contraria a la que debería dirigirse.
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Mensaje por Invitado Vie Abr 22, 2016 9:14 pm

Luces de China



Flames so hot that they turn blue



Mención:Nadie
Interacción: Miedo sexy (?)

En vida si se había quemado, pero eran cosas menores, como tocar algo caliente por inercia o alguna sustancia que al adquirir cierta temperatura se volviese ígnea para el contacto con la piel. Más nunca al nivel en el que se encontraba ahora, quemándose como si fuese un trozo de carne rodeadas por las brasas que convertirían su piel en una costra ahumada y el músculo de su cuerpo en un trozo tierno al tacto. Estaba siendo quemado vivo, tal cual una comida o peor aún en la antigüedad cuando se solían quemar a las mujeres sospechosas de brujería.

Intentaba por todos sus medios controlarse, convencerse de que no era real ya que hace tan sólo unos segundos estaba en un restaurante disfrutando de comida, sentado y sin ninguna preocupación más que el aburrimiento que lo seguía. Pero ahora estaba de pie en el centro de una hoguera que a cada momento parecía crecer más y más. Forzaba sus dientes a mantenerse juntos para así no gritar o quejarse más aun así se escapaban uno que otro gruñido y lamento de sus labios dado el hecho de que sentía cómo su cuerpo era abrazador por aquellas llamas, sus fibras nerviosas siendo destruidas lo cual producía aún más dolor y lo que era peor, la confirmación de que en pocos minutos dejaría de existir, otra vez.

Se obligó a cerrar los ojos y apretar al máximo la mandíbula para ahogar cualquier exclamación que pudiese venir a él, movía las manos intentando liberarse sin embargo las cuerdas no cedían. Lo intentó un par de veces, incluso pateó para ver si lograba algo pero las cuerdas parecían estar demasiado ajustadas siquiera para permitirle movimiento. No podía morir así, no otra vez, y menos considerando la situación. A pesar del dolor, se obligó a cerrar los ojos y concentrarse, ¿Qué debía de hacer?. Estaba amarrado y las llamas seguían avanzando, las cuerdas no le dejarían y, se paró en seco, abrió los ojos y un brillo en estos destacó, aquel que indicaba que algo pasaba por su cabeza. Elevó las manos estirándose al máximo, llevándolas directo a las llamas las cuales le quemaron más aún, un lamento se escapó pero tras unos cuántos segundos en la misma forma las cuerdas se deshicieron quemadas liberando sus manos, ardía como el mismo Infierno suponía pero lo omitió para ir hacia sus pies y liberarlos también, quejándose y con un jadeo tras ello. El fuego se desplazó a su alrededor creando una circulo con él alrededor que le permitía cierta movilidad, aun así estaba atrapado más esta vez contaba con su cuerpo para ayudarse.

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Mensaje por Invitado Sáb Abr 23, 2016 3:05 am


Mención: Nadie.
Interacción: El miedo que intentó ser un cuento de hadas.


Había bajado la guardia sin siquiera percatarse, pequeño error que ahora podía costarle la vida. Aquella no sería la primera vez que la rubia fuera atacada por sus peores pesadillas pero siempre se aterraría como si fuera la primera vez.

Cual pequeña niña ingenua se dejó llevar por aquella fantasía, asombrándose ante lo que sus ojos veían y percatándose demasiado tarde de la verdadera trampa que era; un sonoro grito se escuchó desde el fondo de su garganta al sentir el cómo las llamas comenzaban a arder a su alrededor, lágrimas salvajes amenazaban con desbordar sus ojos, la impotencia que sentía en aquel momento no se podía comparar con el dolor que le traía rememorar el día de su verdadera muerte. Se volvió a escuchar un grito procedente de la rubia, esta vez cargado de furia, las llamas ardían impetuosas contra su piel.

Aquello no era un cuento de hadas y ella no era ninguna princesa, era una guerrera y aquel no sería su fin.


Soy feliz:
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Mensaje por Fleure S. Cartier Mar Abr 26, 2016 3:49 am




Interacción: Persona que quiera. (?)


De pronto sintió que el aire que se había escapado de sus pulmones había sustituido al baño del liquido carmesí, devolviendole de golpe el oxigeno. Su estridente tos hizo amago de apoderarse de la garganta de la castaña, entrando así en una lucha constante entre escupir el liquido que se escapaba de entre sus labios y tomar el oxígeno necesario para continuar sobreviviendo en el mundo de sombras en el cual se había adentrado. Frente a sus ojos la oscuridad inundaba las calles de lo que parecía ser los restos de una celebración, la boca del lobo misma. Por unos cuantos segundos, Fleure se sintió desnuda. Se abrazó a si misma, arrastrándose con pesadez por el largo pasillo del callejón hasta terminar bajo la protección de dos basureros gigantes,y sin evitarlo, el llanto la inundó. Estaba aterrada y confundida. ¿Qué estaba pasando? En su cabeza miles de ideas comenzaron a rodar buscando alguna relación, quizás alguno de sus alimentos tenía algún tipo de droga que en conjunto con sus medicamentos hicieron una reacción en su sistema y le llevaron a tener ese tipo de alucinaciones. La había asaltado, la quisieron atacar...

Sintió un escalofrío que le recorrió el cuerpo, impulsando a que se levantara casi de golpe a pesar de sentirse tan cansada; y así notar que en la entrada del callejón se encontraba una de las sombras que solían atacarle constantemente. ¿Fue culpa de las brumas? El miedo le carcomió los sentidos, quedándose estática ahí en su lugar llorando desconsoladamente y deseando que aquella pesadilla terminara pronto. Limpió con su manga los restos de sangre que salían de su nariz, así mismo haciéndose un ovillo bajo el cobijo de aquellos monstruos de metal y sus más grandes miedos acechando en sus recuerdos. —Yo no la maté...—Susurró con dolor. Yo no lo hice...

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Mensaje por Invitado Mar Abr 26, 2016 5:59 pm
Mención:Nadie
Interacción: Miedo

Liberarse no fue tan fácil como creyó sin embargo lo estaba así que era lo único que importaba en aquel instante, después de todo no había sido consumido por aquellas llamas abrazadoras sino que ahora estas la rodeaban y limitaban su rango de movimiento. No estaba seguro de cómo salir de allí sin embargo con la calma que provenía de estar en plena faculta física se percató de que todo era una vil trampa de un miedo, si bien no lo podía ver en aquel instante estaba más que claro su actuar. Primero porque fue de un instante a otro que sucedió todo, segundo porque su corazón latía demasiado rápido y tercero porque podía saborear su propio miedo aunque no se había dejado dominar por este, no por una habilidad extra, sino porque realmente ya no era el mismo de antes, sino un ser nuevo y más consciente de sí mismo, capaz de dominar su vida y su pensamientos.

Las llamas oscilaban como lenguas de fuego a su alrededor, no estaba seguro de cómo podría eludirlas, posiblemente lo más fácil sería atravesar aquel muro de fuego sin embargo dudaba de que pudiese ser la respuesta, además debía de acabar con el miedo si quería salir de allí, más, ¿Dónde estaría?. Fuego a su alrededor, flamas que se movían en el mismo sentido y que eran idénticas a la vista, homogéneas excepto por un punto, el cual se percató tras rodear aquel círculo. Allí, en dirección Este a su actual posición, detrás de las llamas una flama de color azul se destacaba por sobre estas, ese debía de ser el punto central del miedo, ¿No?.

Primero tenía que atravesar aquel muro, se acercó y elevó una mano para tocarlo retirándolo instantáneamente debido a la sensación de ardor que sintió, una quemadura que pronto apareció en su mano y que le hizo maldecir. Definitivamente aquello dolería, pero si quería salir con vida no tenía otra opción, considerando que las llamas cada vez se acercaban más encerrándolo. Ahogó un suspiro, retrocedió y simplemente comenzó a correr protegiéndose con los brazos para cruzar aquello, tras hacerlo, quedó de pie fuera con la sensación de que su carne estaba ardiendo. Aquella llama azul se alzó por encima de él como una especie de defensa, repeliéndolo, por su parte, retrocedió y tomó una daga que traía consigo aquel día, generalmente nunca salía sin alguna protección y esta no sería la ocasión. La alzó y la empuñó en modo defensivo, nunca se compararía con un cazador sin embargo tenía lo suyo, además de que aquella había sido mejorada por él como un elemento de un nigromante. Dolería, pero debía de hacerlo, así que a pesar de que aquellas flamas azules le envolvían se adentró en esta mordiéndose los dientes del dolor y así con un movimiento limpio enterrar aquel filo en el centro de la misma, el cual era más consistente de lo que parecía, las llamas abrazaban su cuerpo y con mayor fuerza al hacerlo por lo cual torció el cuchillo con fuerza el cual se hundió más en una especie de masa hasta tocar el suelo, señal de haberle atravesado completamente. Las llamas se deshicieron en el mismo instante así como las quemaduras que se habían extendido por su cuerpo, ahora tan sólo era un sujeto que había apuñalado la cerámica del piso mientras las demás personas parecían mirarle como si estuviese loco. Se levantó con rapidez y salió del lugar sin volverse a nadie, estaba molesto dada la situación y que un miedo se atreviera a atacarle, seguramente ahora se arrepentirían de ello.

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Mensaje por Muerte Mar Abr 26, 2016 5:59 pm
El miembro 'Wilhelm E. Nilsson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados


'Daño' :
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Mensaje por Muerte Dom Mayo 01, 2016 1:28 am



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08 de febrero 2016, 8:43 PM.

El silencio terminó reinando en la zona, invadiendo a la ciudad en un largo desconcierto. Los locatarios finalizaron sus jornadas de trabajo así mismo ignorando a todo aquel que clamara un poco de piedad o ayuda entre gritos y sollozos. La policía y los servicios de rescate no se hicieron esperar, movilizando así a toda Nueva York para brindar sus servicios a la comunidad que los necesitaba. El cielo que antes de jactaba de ser un toque maravilloso para el lugar, ahora estaba teñido de nubosas oscuras anunciando así una probable tormenta eléctrica que bañaría a todos entre recuerdos y sucesos inexplicables. Entre las victimas podrían encontrar a personas alteradas de algo que ellos mencionaban como "su peor pesadilla hecha realidad" más sin embargo todo carecía de coherencia alguna.

Un nuevo misterio había nacido en Chinatown, un enigma que los mortales estaban dispuestos a investigar hasta las ultimas de sus consecuencias....

Fin de la trama uno.


IMPORTANTE.:




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